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Taj-Mahal


El Taj-Mahal, cuyo nombre significa la "corona del lugar o de la Corte", es la tumba que Shah Djahán construyó en recuerdo de su esposa favorita, Mumtaz-Mahal ("la elegida del palacio") y es, probablemente, el edificio más conocido de toda la arquitectura islámica y una de sus obras más memorables.

La arquitectura de los mongoles alcanzó su momento clásico en la época del hijo y sucesor de Jahanghir, Shah Djahán, quien fue el mecenas más prolífico de los emperadores mongoles.

El emperador eligió un lugar en la ribera del río Jumna para erigir tal obra. Los trabajos del mausoleo comenzaron poco después de la inesperada muerte de Mumtaz-Mahal en 1630 y el edificio se concluyó en 1653. Veinte mil obreros trabajaron en ella durante más de veinte años.

La construcción, cuya planta es un octógono irregular, está situada en un gran jardín cuádruplo con cuatro alminares en los ángulos y dos edificios laterales, una hospedería al este y una mezquita al oeste. El interior del edificio consta de una cámara funeraria central, que alberga los cenotafios de la pareja, y de cuatro salas laterales unidas entre sí y a la cámara central mediante corredores.

La tumba y la amplia plataforma sobre la cual se eleva son de mármol blanco pulido, trasladado desde las canteras de Makrana en Rajastán, un material cristalino y translúcido que ofrece un fuerte contraste con la arenisca opaca roja utilizada para las estructuras exteriores y para los dos edificios adyacentes.

La maravillosa construcción se cubre con una doble cúpula bulbiforme, cuya parte exterior se apoya sobre un elevado tambor. Cuatro minaretes troncocónicos se alzan en las esquinas de la terraza enmarcando la silueta del edificio.

Acentúan esta imagen, esmeradamente equilibrada, el soberbio pulido y la pormenorizada talla de los mármoles. Su disposición escenográfica hace resaltar aún más sus volúmenes, especialmente la cúpula de doble casquete que centra la composición. Singularmente importante por su valor simbólico son los espléndidos jardines y el estanque cuadrado bordeado de cipreses que preceden al edificio.

Extremadamente cuidada es su decoración, en la que se emplean, junto con los temas vegetales y la caligrafía, esquemas arquitectónicos como el arco inscrito en un rectángulo. Lleva incrustaciones de piedras semipreciosas y nácar, lo que hace del conjunto uno de los más ricos de la arquitectura musulmana. Destaca el embellecimiento del zócalo del edificio a base de bajorrelieves de plantas en flor, una ornamentación alusiva a las plantas del paraíso.

La mayoría de las extensas inscripciones son textos de capítulos cortos del Corán. Y todo apunta a que el programa epigráfico fue diseñado por Abd ai-Haqq Shirazi, a quien se le concedió posteriormente el título de Amanat Kan ("Noble digno de confianza").

La presencia de artistas procedentes de la India, Irán y Asia central en la construcción de este bellísimo monumento funerario hizo que en él se combinaran armoniosamente las tradiciones arquitectó¬nicas de estas tres áreas. El característico perfil de este edificio se ha convertido en un icono representativo del país en el que se encuentra.

Esta obra maestra del arte mongol fue erigida en el siglo XVII en Agra.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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