Afortunadamente del
monasterio de Saint-Gall se conserva su planta en un pergamino de la abadía,
que actualmente se encuentra en la biblioteca de esta localidad suiza.
El plano, con unas medidas de 77 x 112 cm,
es considerado uno de los documentos primordiales para el estudio del que fue
uno de los ejemplos más relevantes de la arquitectura carolingia. Fue dibujado
poco antes del año 820, pues su construcción se fecha en esta época, en tinta
roja sobre cinco hojas de pergamino, siendo encargado por el abad Gozberto. Con
este documento es posible reconstruir idealmente el proyecto, que concebía el
monasterio como una ciudad autosuficiente.
Gracias a la imagen del Códice se puede
admirar uno de los monumentos histórico-artísticos más importantes de toda la
época medieval. En él se aprecia como los monjes del siglo IX realizaron el
diseño de un monasterio, indicando no sólo la topografía del conjunto sino
previendo también criterios y fórmulas modulares para su construcción, según
diferentes tamaños.
Se aprecia un establecimiento colosal con
diferentes edificios organizados alrededor de la iglesia abacial y del
claustro. Así, se ve la existencia de una enfermería, cuadras, jardines,
bodegas, despensas, hospederías, etc., es decir, todo lo necesario para un
abastecimiento propio.
La iglesia es una basílica de tres naves,
con dos ábsides, uno en cada extremo. En uno de ellos se ven las escaleras para
bajar a la cripta donde estaba el cuerpo de San Gall, fundador del monasterio.
También se aprecia en el plano el sitio que debieron de ocupar dos torres,
redondas como las de Saint-Riquier, con círculos concéntricos que parecen
significar varios pisos, reduciéndose su diámetro con la altura. En el lado sur
se ubica el claustro, que deviene el centro de la vida religiosa. En él radica
prácticamente el enclave de mayor interés del edificio, ya que al datar del
siglo IX, es curioso observar que la imagen es tal como podría ser visto en los
siglos del románico y gótico.
En la zona este de la basílica se encuentran
las diferentes habitaciones, dependencias para el descanso personal; el
refectorio en el sur y en el oeste la bodega.
La zona este del monasterio está ocupada por
el convento de los novicios, los que se inician a la vida de Dios, el
cementerio, la huerta con su correspondiente casa, los gallineros y la casa del
palafrenero. Alrededor del hospital se localizan la cocina, los baños, la
enfermería, la casa del médico y el huerto con las plantas medicinales. En el
norte se encuentra la biblioteca, mientras que la escuela, con diez aulas, está
entre la casa del abad y la hospedería. En el ala oeste se ubican las
caballerizas, la entrada principal, las viviendas de los siervos y los
edificios de las granjas. En el sur se hallan la residencia de los peregrinos,
un nuevo grupo de granjas, la cocina anexa a la panadería y la cervecería, y
tras estas estancias los molinos. Los dormitaras de los artesanos y otra granja
completan el complejo monasterial.
Todo este ambicioso proyecto nunca se
llevaría a cabo, pero en cambio los monasterios erigidos en épocas avanzadas
mantendrán, aunque a menor escala, la misma distribución. Esta pequeña ciudad
sagrada sirvió como referencia en Cluny y el Cister, que a pesar de tener
peculiaridades, recogen básicamente la idea del monasterio benedictino de
Saint-Gall.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario.