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Arte gótico en Francia

El románico, alma del arte de Europa occidental durante los siglos XI y XII, había buscado en el legado de Roma los modelos en los que inspirarse, aunque más allá de ser un mero eco de las manifestaciones artísticas de la antigüedad exploraba e intentaba perfeccionar las formas romanas. Precisamente de esta tensión artística surgirá la nueva corriente que hoy conocemos como gótico. El estilo ojival, o gótico, nace, si se permite la expresión, a pie de obra y no de una especulación intelectual y visionaria del nuevo camino que debía tomar el arte europeo. Como se tendrá ocasión de comprobar más detalladamente, es en el fervor de la construcción de las catedrales francesas donde las técnicas imperantes se muestran insuficientes para las nuevas concepciones de los artistas.

Catedral de Saint Pierre de
Beauvois. Detalle de la facha-
da en el que se observan dife-
rentes elementos arquitectó-
nicos que definirán el arte
gótico, como son las formas
estilizadas, los grandes roseto-
nes y los vitrales, entre otros.
Así, cuando en el resto de Europa occidental se siguen los modelos románicos, en los talleres de las catedrales del norte de Francia, centro neurálgico del poder de la monarquía gala, el arte europeo da un paso más a finales del siglo XII, al cristalizar ya en una nueva concepción artística, netamente diferenciada de la herencia románica, las innovaciones técnicas que eran una evolución de dicho legado.

Lejos de poder señalar una fecha concreta o edificio fundacional del estilo gótico, se puede señalar un grupo de catedrales francesas, como las de Chartres, Noyon, Saint-Denis y Amiens, muchas de ellas iniciadas según los preceptos románicos, que sirven para concretar el nacimiento de la nueva concepción artística la cual, a grandes rasgos, se define por la bóveda de crucería y la complejidad ornamental.

Bien es cierto que este estilo podría haber derivado en una escuela regional más; y las razones de su expansión al resto de Europa habría que buscarlas, sobre todo, en el gran poder e influencia de la monarquía francesa, los viajes de los arquitectos galos y la expansión de los monjes del Cister; todo ello contribuyó al triunfo del gótico y, por ende, a una nueva revolución en la cultura europea. 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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