El alfabeto fenicio es una
adaptación del cuneiforme mesopotámico (cuyo origen se remonta, a finales de la
Edad del Bronce) y es el precursor de nuestra escritura moderna. Este alfabeto
quedó establecido de forma homogénea en todo el territorio fenicio a finales del
siglo X a.C. y fue este sistema estandarizado el que se expandió en primer
lugar por todo el Mediterráneo oriental -los pueblos griegos fueron los
primeros en adaptar y mejorar el rudimentario sistema alfabético de Fenicia- a
través de los contactos comerciales y llegó después a Occidente mediante el
establecimiento de colonias. Posteriormente, a través de la recepción griega de
la escritura fenicia, los pueblos de la Italia central (etruscos,
principalmente) desarrollaron su alfabeto, antecedente directo del abecedario
latino.
Las primeras muestras escritas en fenicio muestran que era un
alfabeto consonántico de 22 signos. Esto significa que no empleaban ningún tipo
de símbolos para representar los sonidos silábicos. Esta escritura se trazaba
habitualmente de derecha a izquierda, si bien a veces algunos textos se
presentaban en bustrófedon, que alude a la manera de escribir de izquierda a derecha
y viceversa, alternativamente. Por otro lado, los soportes que empleaban se
repartían principalmente entre el papiro y el cuero, lo cual explica que no
hayan llegado muchas muestras significativas hasta la actualidad.
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
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