Es una obra perteneciente a una serie en la
que el artista manifiesta su genio precoz creando un nuevo tipo femenino, a la
vez extraño y turbador, inédito en la pintura francesa. Se trata de una figura
alargada, de cintura estrecha y flexible. Las joyas que la adornan y los
personajes que la acompañan revelan el atractivo que sentía la época por un
Oriente fastuoso y legendario. La belleza del dibujo y del modelado de Chassériau
procede de su maestro Ingres.
(Musée du Louvre, París).
Fuente: Texto extraído de Historia del Arte.
Editorial Salvat
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